Cuando damos el paso de comprar una vivienda, es frecuente rechazar aquellas que están en mal estado o que están muy anticuadas. Si es tu caso, lee con atención este artículo, porque podrías cambiar de opinión y llevarte una grata sorpresa.
Imaginar nuestro hogar
Los agentes inmobiliarios suelen recomendar que la vivienda en venta no esté demasiado personalizada cuando se reciben las visitas de posibles compradores. Una excesiva personalización dificulta que se hagan a la idea de que será su hogar. Por supuesto, una recomendación, casi obligación, es que todo esté ordenado y si hay algún defecto en algún punto de la vivienda se repare para que no sea un obstáculo que desanime a las visitas.
No es fácil imaginar cómo será tu hogar teniendo la organización, la decoración y los detalles de otra familia, que puede tener unos gustos muy diferentes a los nuestros. De ahí, que al comprar una vivienda de segunda mano hemos tenido que hacer el ejercicio de imaginar cómo será cuando nosotros vivamos allí.
Si en lugar de un hogar bonito, bien ordenado y limpio nos encontramos una vivienda vieja y llena de defectos, lo más probable es que ni siquiera la consideremos como una opción real de compra.
Pero aquí es donde hemos de dejar a un lado la primera impresión y ser capaces de ir más allá para imaginar realmente cómo podemos transformar ese espacio poco deseable, en nuestro maravilloso hogar.
El estado de la vivienda
Antes de decidirnos a comprar una vivienda en mal estado para transformarla en nuestro hogar, hemos de considerar distintos aspectos para que esta aventura tenga un final feliz.
El estado global del edificio.
Es fundamental que la estructura y las infraestructuras comunes estén bien, ya que de nada sirve que reformemos nuestra nueva vivienda pero que el resto del edificio sea un desastre. Algunos elementos a revisar son: zonas comunes internas y externas bien cuidadas, cubierta y fachada en buen estado, ascensor funcional, bajantes en correcto estado, presión de agua, acceso de gas y acceso de fibra óptica.
Grietas, humedades y aislamiento de la vivienda.
Si el edificio pasa correctamente el primer examen, hemos de entrar dentro de la vivienda y tener en cuenta tres puntos clave.
El primero es que no haya grietas estructurales que puedan mostrar un estado del inmueble peor de lo que en las zonas comunes hayamos podido observar. Si la vivienda no se ha reformado en mucho tiempo, en caso de existir defectos de este tipo, se podrán identificar con cierta facilidad.
El segundo punto es que no existan humedades que puedan ser difíciles de eliminar. La presencia de humedades, más aún si son duraderas en el tiempo, pueden advertirnos de problemas serios en el edificio con un elevado coste para solventarlos. La ausencia de humedades, o en caso de existir alguna, de fácil solución, es fundamental para seguir adelante con la decisión de compra.
Por último, el aislamiento también lo hemos de tener en cuenta, sobre todo considerando la posibilidad de poder aislar correctamente la vivienda, si fuese necesario. Esto ya lo explicamos en el artículo Una reforma integral para ahorrar. Por ejemplo, si la vivienda tiene un techo alto, sería posible instalar un falso techo que nos eliminaría los posibles ruidos de vecinos y perdida de calor o frío.
Qué nos aportará una reforma integral
Si hemos superado con éxito los pasos anteriores, el hecho de que la vivienda sea un pequeño desastre, puede ser realmente la gran oportunidad para llegar a tener nuestro hogar soñado.
Esto serían algunas ventajas que tendríamos al afrontar el proyecto de la compra de una vivienda con una reforma integral posterior:
- En primer lugar, será posible negociar un precio a la baja, considerando el estado de la vivienda. La mayoría de los posibles compradores habrán tenido la misma primera impresión que nosotros y no habrán continuado considerando las ventajas de la compra con reforma integral.
- Será posible hacer una nueva distribución, ya que podremos mover todos los tabiques y será posible también modificar alguna pared maestra. Esto nos permitirá adaptar el espacio a nuestras necesidades reales y no al revés, como suele ser lo habitual.
- Mejoraremos aislamientos, reduciendo ruidos y pérdidas de energía por frío o calor.
- Entraremos a vivir con instalaciones nuevas preparadas para los nuevos requerimientos del futuro: electricidad, gas, agua, saneamiento, clima, domótica, datos…
- Diseñaremos cocinas y baños a nuestro gusto, aprovechando al máximo el espacio.
En definitiva, podemos conseguir disponer de una vivienda a estrenar, a partir de una vieja y en mal estado.
Por supuesto, este proyecto has de hacerlo de la mano de buenos profesionales que sepan asesorarte correctamente y tomar las decisiones adecuadas y eso te lo ofrecemos en Construhogar.
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